Historias de la realidad o la realidad de las historias

miércoles, 27 de julio de 2016

Plebiscito: sí a la paz




Los puntos pactados en la Habana no son producto de un diálogo nacional como en épocas de Belisario Betancur. Corresponden a lo acordado hasta ahora entre las partes en conflicto: las Farc, como guerrilla beligerante y el Gobierno de Santos, en representación del Estado. Estos puntos tampoco constituyen un cambio sustancial al modelo de desarrollo o al sistema político imperante, pero sí representan unas reformas lo suficientemente importantes como para que las FARC acepten poner fin a su alzamiento armando, que ha asolado a los colombianos por ya más de medio siglo, y esto es lo que verdaderamente importa.



La pedagogía para la paz apenas comienza. Pocos conocen el contenido de lo acordado y muchos se dejan llevar por el corazón más que por la razón, lo cual es comprensible pero errado. No obstante, el proceso ha avanzado lo suficiente como para que luego de conversar por más de tres años en medio del conflicto, se haya pactado el punto crucial sobre cese al fuego bilateral y definitivo, lucha contra el paramilitarismo y refrendación, o sea la antesala de la dejación de armas y el fin del conflicto.



Se estableció que serán 23 las zonas veredales transitorias de normalización, en las cuales se ubicarán ocho campamentos. Los guerrilleros estarán ubicados hasta por un periodo de 180 días (6 meses), luego de la firma del acuerdo final, mientras se realizan labores de capacitación y tránsito a la vida civil en los campamentos y se realiza la entrega total de las armas de las Farc para su fundición y construcción de tres monumentos que simbolizarán el fin del conflicto. Esto se ha logrado gracias a que se han enmendado muchos errores del pasado y, por primera vez en un proceso de paz, se ve luz al final del túnel y la posibilidad de tener una Colombia sin guerrilla, más apaciguada y más próspera.



Hay que darle el sí a la paz porque es la única salida viable que tiene el país. Un repaso de los acuerdos hasta ahora logrados, permitirá confirmar que ellos son positivos y que el fin último de las conversaciones en la Habana es la dejación de las armas por parte de las Farc y eso es lo que en últimas cuenta de verdad: la posibilidad de que las diferencias y contradicciones se diriman en el plano político y no en el militar, así muchas de ellas persistan, ya que el conflicto es la norma y no la excepción en las sociedades contemporáneas agobiadas por la globalización neoliberal.



La política de Desarrollo Agrario Integral es algo necesario en un país con un campo quebrado por la apertura económica y con poca o nula intervención institucional. Se acordó una reforma rural integral para mejorar las condiciones de vida de los habitantes del campo, eliminar la pobreza, reactivar la economía campesina, cerrar la frontera agrícola, conservar el medio ambiente y crear zonas de seguridad alimentaria.



El punto dos sobre participación política y apertura democrática es algo que siempre ha acompañado todos los procesos de paz exitosos en el mundo. Nada mal caerían al país la tan anhelada reforma electoral o la de los partidos políticos para que se elimine el umbral del 3% para obtener la personería jurídica y que exista un verdadero estatuto de oposición.



La guerra contra las drogas, siguiendo los dictámenes de Washington, no ha arrojado resultados positivos en décadas de ruda represión. Ya va siendo hora de que se impulse un cambio de rumbo hacia un enfoque de salud pública del consumo y un modelo donde la víctima principal de la represión no sea el campesinado y se impulse un verdadero programa de sustitución de cultivos ilícitos, como lo estipula el punto cuarto del acuerdo.



El punto quinto sobre víctimas es medular. En el pasado se tuvo una visión maximalista de creer que se podían judicializar todos los delitos relacionados con el conflicto armado y se tenía una jurisprudencia dispersa e inoperante. Ahora se entiende que hay que reparar administrativamente a las víctimas y no dejar todo al sistema judicial. Cinco mecanismos y medidas integran el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición que busca lograr la satisfacción de los derechos de las víctimas, asegurar la rendición de cuentas por los crímenes cometidos, garantizar la seguridad jurídica, la convivencia, la reconciliación y sobre todo la no repetición, como elementos sustanciales de la transición hacia la paz.



No se va a dar impunidad por los crímenes de lesa humanidad como muchos temían y para ello se establecerá una Jurisdicción Especial para la Paz que busca ante todo satisfacer el derecho de las víctimas a la justicia, luchar contra la impunidad y facilitar que el Estado investigue juzgue y sancione. Además para acceder a cualquier tratamiento especial de justicia será necesarios contribuir a la verdad, la reparación y la no repetición, de allí que cualquier mejor tratamiento penal especial está condicionado a reconocer, desde el inicio, la responsabilidad.



Ahora, y gracias al concepto favorable de la Corte, se convocará a la ciudadanía a un plebiscito para que decida si el Presidente puede o no proceder a impulsar las anteriores reformas, y se de vía libre a la paz, una vez se suscriba el acuerdo final. La decisión favorable de la Corte Constitucional se da en un momento en que el escepticismo y también el odio embarga aún a un gran número de compatriotas, muchos de ellos víctimas directas o indirectas de crímenes cometidos por las Farc. La invitación es a desarmar los espíritus, pues si se mantiene el ánimo beligerante y exigencias al proceso que no tienen piso en la realidad no lograremos nunca avanzar hacia una Colombia en paz.



Con la firma del acuerdo final, vendrá una larga etapa que muchos llaman de postconflicto y de transición hacia la verdadera paz. Según el Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, con la firma del Acuerdo se logra el fin del conflicto y no la paz. Luego viene el logro de la paz territorial que se basa en otorgar garantías a todos los derechos constitucionales de las poblaciones y en reincorporar los bienes y servicios a todo el territorio nacional.



La paz perdurable dependerá en gran medida de la voluntad política del Gobierno Nacional para realizar las transformaciones que requiere el país pero también de la seriedad de las Farc en su compromiso de no repetición una vez abandonen las armas pero también necesitamos serenarnos, mantener un espíritu de reconciliación para poder afrontar exitosamente los no pocos retos que le esperan al país. El pulso militar tuvo un costo muy alto, lo suficiente como para persuadir a las partes en conflicto de que éste no traería vencedores ni vencidos y de que la solución política o dialogada es la única salida viable en las actuales circunstancias. Démosle una oportunidad a la paz en Colombia.

viernes, 8 de julio de 2016

Brexit: un duro revés para la globalización neoliberal



El sorpresivo voto de los británicos del 23 de junio en favor del Brexit, más allá de la turbulencia  inicial causada en los mercados financieros y  el desbarajuste en los partidos en Gran Bretaña representa ante todo una debacle para el proyecto de la globalización neoliberal. La  dirigencia financiera y política del mundo, incluida la británica, predicó durante décadas que la globalización es inevitable y que el mundo se beneficiaría con  ceder la soberanía nacional para integrarse económica y financieramente derribando paulatinamente toda barrera entre los países.  No obstante,  el voto de rechazo a la Unión Europea amerita un análisis  sobre si las premisas básicas de la globalización se cumplieron  o no en el caso de la Unión Europea. Si bien la globalización trajo sus beneficios, sus promesas de un mundo de bienestar  no se han sostenido  en el tiempo.
Los ganadores de la globalización han sido las corporaciones multinacionales, los sectores más acomodados, los trabajadores de cuellos blanco y quienes han tenido libre acceso a los capitales. Las personas mayores desempleadas, las clases trabajadoras menos educadas de los países occidentales han tenido que padecer la pérdida de trabajos, unos salarios estancados o decrecientes y  una deuda acumulada.  La evidencia muestra que la desigualdad en el  ingreso ha sido peor en los países que han abrazado el neoliberalismo.  El malestar frente a las políticas neoliberales se ha expresado en el  rechazo de las capas medias y bajas a los partidos de izquierda y socialdemócratas que han apoyado a la Unión Europea y que se ha alinderado con la agenda neoliberal y la ofensiva corporativa. 
La crisis económica y financiera que comenzó en Estados Unidos en 2008 y se extendió al viejo continente para constituir la crisis de la eurozona,  no ha podido ser mitigada por una Unión Europea dominada por los intereses financieros y económicos de Alemania y Bruselas. A los países del Sur de Europa  les impuso programas de austeridad que han resultado contraproducentes y a la fecha no  parecen ver la luz al final del túnel.  A pesar de la integración económica y comercial, la desigualdad entre las economías persiste  y la integración política y cultural, ha estado siempre ausente. Los países más perjudicados, entre los que se encuentra España, son los que se sienten más distanciados del proyecto común.
El fantasma de los refugiados provenientes de los países en conflicto asiáticos  y los migrantes de Europa Oriental recorre a Europa, y el temor xenófobo alimenta el surgimiento de movimientos populistas de derecha, nacionalistas y proteccionistas pero este fenómeno solo en parte explica el voto a favor del Brexit. 
Los medios y el establecimiento han pretendido explicar el resultado del referéndum como parte del atraso cultural de los sectores populares, como producto de un chauvinismo antiinmigrante que debe ser cuestionado. No obstante, no todo el que votó es xenófobo. Es más probable que la crisis austeridad/desempleo, para satisfacer a la plutocracia bancaria de Frankfurt y la City, haya tenido más que ver en la decisión de salir de la UE. El voto Brexit fue  más fuerte en el centro del país donde está su base trabajadora e industrial. Los que prefirieron quedarse, correspondían a la clase no trabajadora del área de Londres y el Sur de Inglaterra, al igual que Escocia y el Norte de Irlanda. Escocia ha dependido de las exportaciones de petróleo a la UE y está altamente ligada al comercio. La economía del norte de Irlanda está ligada a Escocia y  al la economía de la UE. De manera que su voto no era sorpresivo.  Igualmente los efectos de la inmigración se sentía menos en estas regiones que en el corazón de la zona industrial inglesa.
El balance negativo parece ser más el  resultado de la agenda neoliberal impulsada por Tony Blair y David Cameron que condujo a la desindustrialización del país, arrojando un saldo negativo en la balanza en cuenta corriente de la balanza de pagos equivalente a más de 7 por ciento del PIB y que se debe  financiar con flujos de capital del extranjero. El desequilibrio de las cuentas externas del Reino Unido se traduce en los sentimientos que impulsaron el voto por el Brexit especialmente de las clases trabajadoras que son las que más han perdido con la globalización, son compartidos por otros sectores tanto en Europa como en Estados Unidos y pueden alentar nuevos movimientos secesionistas. Sin la amenaza de una Unión Soviética comunista, Europa está más dispuesta a regresar al nacionalismo. 
La UE había nacido de las cenizas de dos guerras mundiales, y la unión de 28 países se pensó como una manera de actuar en bloque para poder competir en un mundo que gira cada vez más en torno a Estados Unidos y China, las dos economías más grandes del mundo. Si con el Reino Unido en sus filas la UE no era más que un bloque debilitado, con los británicos afuera su gravitación global disminuye aún más frente a China, Rusia y los nuevos centros de poder internacional
El Brexit ha alterado el mercado financiero mundial y determinado la devaluación de la libra y algunos prevén una posible recesión que podría extender al resto de Europa. Políticamente ha desintegrado a los partidos políticos de Gran Bretaña.  La UE pierde a la segunda economía y al segundo país en población, lo que debilita a una Europa cuyo proyecto integracionista dejo de ser democrático  e igualitario para plegarse a los intereses corporativos. El  Brexit marca un duro revés a la globalización neoliberal y parecería que el Estado-nación vuelve a ser un eje fundamental para la gobernabilidad de un mundo cada vez más conectado e interdependiente.  Falta ver si la OTAN también se debilita o sucumbe, lo cual sería también un duro golpe a Estados Unidos y sus ambiciones guerreristas.