¿Qué es la Unidad Nacional de Artistas, UNA, cuando se creó, por qué se creó y si es principalmente una organización gremial de los artistas?
La Unidad Nacional de Artistas, como su nombre lo indica, es una asociación de artistas de todos los sectores creativos. Esto se inicia por una serie de luchas gremiales muy concretas alrededor de la seguridad social y las pensiones que convocó a un movimiento más o menos amplio de los artistas colombianos. Pero es sólo hasta el 1º de mayo que se logró hacer un primera reunión en Armenia donde participaron 10 departamentos y allí se tomó la decisión de crear la Unidad Nacional de Artistas. A pesar de haberse iniciado alrededor de una problemática específica gremial, sus objetivos se ampliaron para considerar una plataforma en defensa de la cultura nacional y para promover el trabajo de los artistas colombianos y la cultura colombiana, además de atender a las reivindicaciones especificas de cada sector y las problemáticas comunes a todos los sectores, que también las hay.
El fin de semana pasado se creó en Medellín la Mesa Nacional de Teatro y estamos impulsando una audiencia pública en el Congreso para tratar el problema estructural de la cultura. Ya contamos con el apoyo de varios congresistas. Por ejemplo, el representante Víctor Correa, quien nos acompañó en Medellín va a apoyar todo el proceso de la audiencia pública. Consideramos fundamental visibilizar a un sector que no es considerado en el país en lo fundamental para hablar de los problemas particulares del sector pero también para tratar el problema creativo y de la divulgación del trabajo artístico, las formas de intercambio cultural y de promoción del arte colombiano. Pensamos que esta audiencia se hará entre septiembre y octubre de este año.
También hemos programado realizar el domingo 28 de agosto una reunión nacional en el Teatro Barajas de Bogotá, a la que asistirán delegados de varias regiones. Pienso que tendremos representantes de unos 14 departamentos del país y de todos los sectores artísticos. La finalidad es hacer un congreso nacional pero también fortalecer a Bogotá, especialmente. Analizaremos el problema estructural de la cultura y el arte y no solamente las reivindicaciones gremiales.
¿Como están organizados? ¿Tiene la UNA una directiva?
Tenemos una dirigencia que es más de coordinación, pero no tenemos una estructura jerárquica. La coordinación funciona muy bien de manera transversal y se ha ido fortaleciendo.
¿Cuáles son los sectores más organizados con los cuales puede trabajar la UNA?
La experiencia nos ha indicado que lo grupos de teatro constituyen el sector más organizado. Pero también se nos han ido uniendo otros sectores como recientemente lo hizo la Mesa de gremios de Cine. Participan en la UNA grupos de danza de Pasto y Santander, un grupo de literatos del Cesar, un grupo de fotógrafos de Ríohacha y varios pintores a título personal y un grupo grande de teatro se está organizando.
¿Es la desprotección de los artistas consecuencia del atraso del país?
Todo el problema cultural del país que quiere abordar la UNA es consecuencia del atraso del país y de las políticas gubernamentales que obran en detrimento del bienestar de los artistas, del desarrollo de la cultura nacional y de la misma capacidad de producción de los artistas. Eso se ve reflejado también en todo el problema de la seguridad social pero todo corresponde al atraso y a una serie de políticas foráneas que tratan la cultura como una mercancía más. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE, hace una serie de imposiciones tanto ideológicas como culturales y referidas al manejo de los trabajadores de la cultura, todo lo cual afecta al bienestar de los artistas. Este sector siempre ha sido el más desconsiderado y el más abandonado por parte del Estado, que no le da importancia a la cultura. Eso se refleja en el presupuesto nacional de Ministerio de Cultura que es el de 0.2% o sea unos $390.000 millones de pesos. Este año lo redujeron en 14.7% y posteriormente lo han rebajado dos veces más.
Pero, la falta de seguridad social también tiene que ver con la forma como usualmente contratan a los artistas como la tercerización...
Hay una tercerización salvaje en todo el sector cultural. Los vinculan por contrato o por prestación de servicios específicos, para que realicen obras concretas.
¿Conoce casos particulares de artistas conocidos que en su vejez caen en desgracia por falta de una pensión?
Han sonado mucho los de televisión como Pepe Sánchez.
¿Cómo son las políticas culturales del Estado colombiano?
Las políticas culturales del Estado se basan en estímulos. No hay programas reales permanentes de formación y divulgación de los trabajos de los artistas. Los estímulos son financiados no a través del presupuesto del Ministerio de Cultura sino mediante cobros parafiscales que se han aplicado por ejemplo a la boletería mayor de 85 mil pesos, a la que se le cobra el 10%. Los recursos así recogidos van a financiar ciertos estímulos como las salas concertadas de teatro. La política de estímulos implica que hay unos poquísimos dineros para unos poquísimos artistas de cada ramo. Ponen a los artistas a luchar entre sí por las migajas que entrega el Estado mediante impuestos adicionales que se le cobra a la gente. La UNA lucha por una política cultural que dé la posibilidad real de crear programas continuos de formación para los artistas y para que estos tengan formas reales para divulgar sus trabajos. La mayoría de los trabajos se quedan en el tintero, se quedan escondidos. Por ejemplo el cine nacional apenas representa el 4% de la audiencia total. Película que no tenga un mínimo de espectadores en el primer fin de semana se retira de las salas y a los productores ni siquiera se les garantiza una ganancia por las presentaciones.
¿qué es la estampilla procultura?
La estampilla procultura es otro parafiscal que se aplica a todos los contratos que se suscriban con el Estado; es un impuesto adicional que se aplica en todo el país, en todos los niveles equivalente al 10% de cada contrato. Una parte de ese 10% va para funcionamiento o sostenimiento, otra parte fuerte va para las bibliotecas y un 10 % va para el sistema pensional de los artistas. Se estima que hay alrededor de un billón de pesos recaudados por este sistema aunque no se sabe donde está. El Ministerio ha propuesto distintas cosas a las cuales nos hemos opuesto. Propuso que ese 10% se utilice dentro del sistema Colombia Mayor para que con $375.000 pesos se pensione a un grupo de 3.000 a 5.000 artistas. La nueva propuesta del gobierno es que lo recaudado se convierta en Beneficios Económicos Periódicos, BEPS, que es el sistema pensional que está proponiendo la OCDE para todo el país. Para explicarlo de una manera breve y simple significa que si se ahorran unos $880 mil pesos anuales el Estado le suma un 20 por ciento para completar una pensión cercana a los $90 mil pesos mensuales. Así supuestamente se cubre más gente pero se desconoce la pensión de prima media. Están buscando rebajar totalmente el sistema pensional por debajo del mínimo legal que se exige por ley.
¿Conoce y apoya el proyecto de ley de actores para mejorar sus condiciones laborales, garantizar la seguridad social y la pensión?
Sí, apoyamos la ley de actores, ACA, con algunas reservas. El proyecto de ley no sólo toca el problema pensional y de la tercerización, también defiende la cuota de pantalla nacional y que la participación de actores colombianos en cualquier producción sea de un 90%, cuestión que debe ser analizada con cierto cuidado, pues no se puede ser tan estricto.
¿Como afectan los tratados de libre comercio, TLCs, la propiedad intelectual y la cuota de pantalla nacional?
Gracias a la ACA se logró frenar la obligación de rebajar la cuota de pantalla en el horario triple A, principalmente de los fines de semana del 50% al 30% estipulada en los TLCs. Pero el problema de los TLCs es mucho más de fondo. Estos tratan la cultura como cualquier mercancía y piden que los trabajos culturales paguen impuestos que antes no tenían. Se les trata como a un zapato o una camisa. Se pide que paguen IVA y otros impuestos, lo cual es absurdo.
¿Qué piensa de la cultura industrial, de la cultura de masas o mainstream y qué tan invadida está el país por ese tipo de cultura comercial?
Nuestras propuestas no son xenofobas. No se trata de que no vengan al país representaciones de la cultura internacional y que nos enriquezcan. Pero una cosa es la cultura internacional y otra cosa es la cultura mainstream que es una forma de cultura industrializada donde las multinacionales de todas las formas de producción cultural y del entretenimiento como el cine, las editoriales, la música, la televisión monopolizan la oferta cultural en todo el mundo con producciones mediocres a través de los TLCs, con contenidos ideológicos específicos con la idea de que la cultura independiente y nacional no se desarrolle y no tenga cabida en los mercados. Colombia está totalmente invadida por ese tipo de cultura.
Pero a este tipo de industrias culturales sí hay que cobrarles impuestos....
Por supuesto que sí, pero paradójicamente a los emprendedores internacionales se les rebaja los impuestos en detrimento de la cultura nacional, restando recursos para el fomento de la cultura nacional. Por ejemplo, si traen a Madona le rebajan impuestos dentro de la ley del espectáculo. Si traen a Tom Cruise a grabar acá le dan una serie de prebendas que no le dan a las producciones nacionales. Esto es algo fundamental que debemos analizar. Hay ejemplos de países desarrollados importantes que defienden su cultura y que no incluyen la cultura dentro de los TLCs como Francia, Canadá y Austria.
En la pagina web está una entrevista con la crítica cultural mexicana Avelina Lésper, ¿está de acuerdo con los criterios que ella expresa sobre el arte contemporáneo según los cuales se está perdiendo calidad estética y la factura por cuenta del arte conceptual y lo que ella denomina arte VIP (video, insalaciones y performance), qué opina usted que es pintor sobre estas críticas?
Estoy de acuerdo con sus críticas, por eso colgamos la entrevista en nuestra página web. Hay una imposición al mundo a través del arte conceptual sobre la forma de producción artística que también abarca el sistema de educativo. Las universidades ya no imparten conocimientos técnicos ni dan herramientas de trabajo a los artistas plásticos con la excusa de que lo importante no es la creación artística sino el discurso en torno a la producción, el concepto. Con el pretexto del concepto cualquier cosa o idea se vuelve una obra de arte entre comillas, sin que tenga una elaboración, sin que tenga un trabajo detrás, sin una propuesta real. Se crean ideas ficticias y se vuelve más un problema filosófico y comercial. Se vuelve un problema donde un curador y unos negociantes están detrás de la obra con un discurso pero donde la obra no se sostiene por sí sola. Son obras que niegan lo que debe ser el arte. Un museo se crea y es importante por las obra de arte. Aquí es al revés, para que una obra se vuelva importante la ubican en un museo y si no está en el museo pierde su valor artístico. Por ejemplo, colocan en un museo una caja o unas piedras que uno se las encuentra en la calle para volverlas arte. Hay un problema grave en esta concepción del arte y es que contradice la estética, en favor de un discurso, pero con ello se vuelve banal el arte. A veces son discursos progresistas pero la obra no sostiene los discursos.
Detrás de este enfoque hay un juego de las financieras internacionales que se conectan con las subastas, los museos y los curadores. El caso de Damien Hirst es emblemático. Subastaron una obra de Hirst, que consistía en una calavera recubierta de diamantes, donde hicieron subir su precio en el mercado de una manera ficticia a 100 millones de libras esterlinas y la compra final la hizo un consorcio donde estaba el mismo Hirst.
¿Hay un movimiento importante en Colombia o en el mundo que se oponga la cultura mainstream?
Hay un gran sector de curadores, historiadores y críticos del arte que combaten el are VIP como lo llama Avelina Lésper. Entre los colombianos se encuentra el antropólogo Carlos Granés Maya quien escribió un libro que se llama El puño invisible. Arte, revolución y un siglo de cambios culturales. También hay un grupo muy fuerte de artistas a nivel internacional que nunca se ha entregado y que ha impulsado un arte importante, por ejemplo Lucien Freud y David Hockney. Hay una serie de artistas que no han caído en la mediocridad de los preceptos del arte mainstream; existen movimientos en Estados Unidos que dicen que no se puede imponer una forma de producción única, que hay validez en formas como la escultura, la plástica, la fotografía, que son modernas, novedosas y con un valor propio.
Se atreverían a proponer una ley para el artista o un estatuto del artista?
Hay unos conversaciones que se están adelantando en la UNA y con otras agremiaciones para promover una ley del artista. Hay que determinar qué es un artista, qué es un creador, cuáles son las maneras como el Estado y el sector privado pueden apoyar la educación de todos los sectores del arte. Es un problema complicado, de fondo y de largo plazo. No se debe imponer el arte conceptual y negar las técnicas que producen obras de calidad y el desarrollo estético. Los estudiantes ya no saben de color, composición, de ritmo, y solo se aprenden un discurso para justificar una obra.
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